Nuestras clases son dinámicas y activas. Trabajamos gradualmente a través de una secuencia de posturas de yoga (asanas) sincronizadas al ritmo de la respiración con foco en la conciencia corporal, la alineación y el movimiento.

No sólo realizamos ejercicio físico, tonificando los músculos, flexibilizando la columna, abriendo las caderas, fortaleciendo las articulaciones, estirando las piernas, mejorando el equilibrio y la postura corporal.

El Yoga tiene efectos sobre la mente y energía del practicante. 

En algunos momentos buscamos sostener determinadas posturas de forma firme pero relajada. Equilibrio entre tensión y relajación. Observando la mente, los pensamientos/emociones que nos produce poner el cuerpo de determinada forma. Haciéndonos conscientes de patrones de actitudes/conductas que nos distraen y nos quitan muchísima energía en el día a día. Estos patrones de movimiento y posturales que contribuyen a crear y perpetuar determinadas dolencias físicas (como contracturas musculares).

¿Sabés por qué es tan importante sincronizar los movimientos con tu respiración? Porque mantener un ritmo de respiración determinado durante 1 hora de práctica hace que la sangre se oxigene y los pulmones se ventilen, reduciendo el estrés y la ansiedad. La respiración es el vehículo de la conciencia, cuanto más pausada y tranquila la conciencia tendrá menos oscilaciones y podremos traerla al momento presente. 

Son clases aptas para todos los niveles, todas las posturas tienen variantes de acorde a la capacidad de cada practicante. Trabajaremos juntos descubriendo la alineación correcta para cada uno. El Yoga es el camino del autoconocimiento y comienza en la conciencia corporal, conociendo nuestras debilidades y fortalezas para poder integrarlas en la práctica. 

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