Cómo es este estilo?
Es un método de Yoga en la que su práctica se basa en realizar una cantidad de posturas (asanas) predefinidas en una serie. Existen 6 series con sus asanas definidas.
La palabra “vinyasa”, en este método, significa la sincronización del movimiento y la respiración. Para un determinado movimiento se corresponde una inhalación o exhalación. Se dice que en el Saludo al sol hay 9 vinyasas, 9 movimientos con su correspondiente respiración. El propósito de esto es la purificación de la sangre. Al movernos al ritmo de los vinyasas la sangre se va calentando y circulando por todo el cuerpo, limpiando, liberando toxinas a través de la transpiración y desestresando la mente.
Otro aspecto importante de esta práctica es el Tristhana que se refiere a 3 focos de atención:
1. Asana, la postura.
2. Ujjayi, que es un tipo de respiración particular.
3. Dristhi, el foco de la mirada.
A medida que la persona va dominando estos campos de acción se agrega la práctica de bandhas en las posturas. Con lo cual el nivel de profundidad y aprendizaje es infinito.
Las posturas (asanas) pueden llamar la atención por su forma vistosa pero no es el objetivo principal de la práctica. Se hace mucho hinchapié en la respiración y la concentración de la mente en el momento presente, por eso es Yoga. Si sólo quisiéramos aprender posturas acrobáticas de flexibilidad y equilibrio, sería mejor acudir a una clase de acrobacia.
Primera Serie de Ashtanga Vinyasa
La Primera Serie de Ashtanga Vinyasa se llama “Yoga Chikitsa”, que significa terapia de yoga. Esta tiene por objetivo principal limpiar el tracto digestivo de toxinas, zona donde según el ayurveda (medicina india) todas las enfermedades tienen su origen, y restaurar la movilidad natural del cuerpo, para así liberar al practicante de dolencias físicas.
Cómo son las clases?
En Ashtanga Vinyasa, se va enseñando a cada alumnx postura a postura la serie.
En nuestras clases practicamos de forma tradicional al “estilo Mysore”, que significa que cada unx practica a su propio ritmo. Tal como lo aprendimos en Mysore, ciudad de donde surge el Ashtanga y que tuvimos la oportunidad de visitar en 2018 donde dimos nuestros primeros pasos en esta práctica.
Si se observa una clase “estilo Mysore” desde afuera, se verá que cada persona realiza la misma secuencia pero a tiempos diferentes y tal vez algunas posturas con variaciones, muy conectado con cada persona en particular. Se trata de una práctica personal.
Dónde me formé?
Empecé mi camino en el Yoga con Yoga Integral. A medida que me fui adentrando al mundo Yoga, otros estilos comenzaron a llamar mi atención. Sobre todo, Ashtanga.
Por falta de tiempo y prejuicios como “debe ser aburrido practicar siempre las mismas posturas”, “parece muy exigente”, etc. Es que me inicié en esta práctica casi sin querer.
La historia es que durante el viaje con Manu por el mundo en 2018, a mitad del mismo decidimos ir rumbo a la India. Armando ese viaje decidimos recorrer el sur, distintas ciudades que nos llamaban la atención entre ellas Mysore, donde nos inscribimos en una formación en Hatha Yoga. Cuestión que Mysore es la cuna del Ashtanga y como no podía ser de otra manera esta formación incluía Ashtanga. Nos lo desayunamos allí mismo el primer día de clases.
Así es como ingresó el Ashtanga en mi vida y me atrapó. Sentí como si hubiera sido un llamado que me llevó hasta esa ciudad para encontrarme con esta práctica. Desde ese día, no he dejado de practicar. El momento de mi práctica de ashtanga es muy especial para mi.
Descubrí que las posturas no son siempre las mismas. Van cambiando con el tiempo a medida que mi cuerpo y mente se van fortaleciendo. Al tener cada movimiento de la secuencia una respiración definida, llegas a un nivel de concentración que parece una meditación en movimiento. Me permite conocer más a fondo mi mente y observar la impermanencia cada día. Todo cambia externamente y nuestra práctica como sostén cada día.
Las posturas de yoga son sólo un primer paso, un punto de partida para purificar y fortalecer el cuerpo, la mente y el sistema nervioso. Desarrollamos calma, concentración, estabilidad y nuestra salud no supone un problema, de tal forma que podemos concentrarnos en perseguir objetivos más elevados, como la expansión y plena expresión de nosotros mismos.
No te dejes intimidar por el Ashtanga Vinyasa Yoga. Nada es tan complicado con la guía y acompañamientos adecuados. Liberate de los prejuicios y limitaciones mentales. No pienses que por tener una edad o condición física determinada esta disciplina no es para vos. El yoga es para todxs. Sanos, enfermos, jóvenes y viejos. Si tu salud y tu evolución como persona te importan y estás dispuesta/o a invertir tiempo y esfuerzo, el yoga te recibirá con los brazos abiertos, seas o no capaz de tocarte los dedos de los pies.
Como dice el primer Maestro del Ashtanga Vinyasa:
“El ashtanga yoga es para todos. El joven y el viejo, el sano y el enfermo, el fuerte y el débil. Todos pueden hacer ashtanga. Todos menos el vago”.
Sri Krishna Pattabhi Jois